Un monasterio sin biblioteca es como un campamento sin armas. Muchas son las vicisitudes que ha sufrido a través de la historia. La más funesta sucedió en 1835 con la expulsión de los monjes, decretada por el gobierno liberal de Mendizábal. La mayoría de sus libros fue trasladada a Lugo, y pasó a formar parte del fondo primitivo de la Biblioteca Pública.En el lado opuesto, una puerta con una lapidaria inscripción latina nos señala el lugar de la biblioteca.