Historia y Arte
El monasterio de Samos se asienta en el extremo norte de la capital del municipio, y a esta villa y al municipio les cedió su nombre e historia.
Situado junto al río Sarria, que roza sus muros, atrae la atención del visitante no sólo por sus vastas proporciones, sino, sobre todo por sus sólidos y austeros edificios, construídos con mampostería de pizarra. La rusticidad y la sencillez de los muros exteriores contrastan con la nobleza y la elegancia de sus claustros de piedra de granito.
Integran el complejo monástico dos claustros de dimensión desigual, unidos entre sí y flanqueados por achatados torreones. Adosados al claustro grande por la parte noroeste, se encuentran su magnífica iglesia y su esbelta sacristía. Tres estilos arquitectónicos intervienen en su construcción y ornato: gótico, renacimiento y barroco. Solamente se conservan como reliquias de un pasado multisecular, una portada y otros elementos aislados del período románico.
Los monjes del monasterio son benedictinos. No sabemos con certeza en qué momento aceptó la Regla de san Benito, posiblemente a mediados del siglo X. Por una lápida, sabemos que a mediados del siglo VII el obispo de Lugo Ermefredo lo restaura.
Monasterio de Sámanos, así lo llamaron durante varios siglos. Este nombre de ascendencia visigótica, con el paso del tiempo, quedaría reducido al de Samos.
Samos es el Monasterio habitado más antiguo de España, lugar santo y venerabilísimo.